La cueva de Ekain se encuentra a cerca de un kilómetro del municipio de Zestoa (Guipúzcoa), desde donde tiene fácil acceso. Es conocida por sus pinturas rupestres magdalenienses, de hace unos 14.000 años, y hay que subrayar su excepcional estado de conservación. En la cueva existen, aproximadamente, 70 figuras de animales, 64 de ellas pintadas y 6 grabadas. El caballo es la figura más representada. Su conjunto ecuestre es uno de los más bellos y ricos del arte franco-cántabro, y es considerado como el mejor lienzo de pared en su categoría. Fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO el 7 de julio de 2008.

Así, ese mismo año, nace Ekainberri. Era necesario dar a conocer ese patrimonio, pero también protegerlo, por eso se construyó esta réplica que permite visitas y actividades.

Ekainberri ofrece en un viaje a través de los sentidos hasta los orígenes de la cultura cántabra. La visita, siempre guiada, se puede completar con talleres de arqueología experimental poniendo a prueba técnicas de supervivencia prehistóricas, junto con la visita a una exposición de arte rupestre en Euskal Herria.