Inteligencia artificial para interpretar las emociones del turista
Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla utiliza una aplicación móvil que reconoce y analiza las expresiones faciales de los usuarios tras pasar por un emplazamiento turístico. Ésta indica a los gestores cómo se siente el visitante en un momento concreto y sirve como método complementario para detectar deficiencias en un lugar de interés para el viajero o diseñar nuevas estrategias para mejorar el servicio al cliente.
12:30 del mediodía. Agosto. Llevas todo el día haciendo turismo por una ciudad desconocida. El cansancio te abruma, pero te encanta todo lo que ves. Entras en un monumento. Firmas el consentimiento para que te saquen una foto. El guía turístico es encantador. Hace calor. Ya ves la salida. El guía te deja diez minutos para las fotos y selfies oportunas. Espera en la salida con encuestas, un trípode con un móvil y bolígrafo en ristre. Te resignas al inevitable interrogatorio.
Sin embargo, el guía ofrece un cuestionario sobre su desempeño en una escala de Likert (de “nada satisfecho” a “muy satisfecho”) y marcas la casilla apropiada. La foto, al parecer, ya está hecha y cuando le preguntas, el guía te explica que su función es comprobar cómo te has sentido al finalizar tu visita.
Así se producirían las visitas a monumentos con la propuesta de un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla, que ha diseñado una metodología basada en inteligencia artificial para comprobar la satisfacción del usuario en un emplazamiento turístico. El sistema fotografía al turista y reconoce las emociones en su rostro tras una visita, los que permite a los gestores aplicar un método complementario a las entrevistas habituales, detectar deficiencias o diseñar nuevas estrategias para mejorar el servicio al cliente.
Entrevista o encuesta
Normalmente, tras la visita a un emplazamiento turístico se realiza una entrevista o encuesta para comprobar el nivel de satisfacción del viajero. Para ello, éste debe invertir unos minutos para rellenar un cuestionario. Los expertos del grupo SEJ620: Destinos Turísticos Inteligentes: sostenibilidad, innovación, tecnología, accesibilidad y gobernanza proponen este sistema como complemento a los tradicionales cuestionarios. “Para participar el usuario tan solo tiene que dar su consentimiento a la entrada del emplazamiento turístico. Una vez finalizada la visita, la aplicación se encarga de hacerle una foto a su rostro e identificar qué emociones está sintiendo en ese momento”, explica a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Sevilla Mª Rosario González.
La aplicación, basada en inteligencia artificial, analiza una fotografía y reconoce puntos y movimientos en el rostro. De este modo, interpreta matices como las sonrisas amplias o forzadas, la tensión en la mandíbula o los ojos entrecerrados, entre otros, y así identifica emociones positivas como la satisfacción; negativas, como el enfado; o neutras, como la sorpresa.
En su investigación, los expertos solicitaron el permiso de un emplazamiento Patrimonio de la Humanidad y de los turistas que realizaban la visita para fotografiar aleatoriamente y de forma espontánea los rostros de los usuarios. Una vez finalizado el recorrido, los investigadores analizaron las emociones de los usuarios a través de un software libre que reconocía las emociones faciales en las fotografías tomadas. Además, se les pidió a los turistas que indicaran su nivel de satisfacción para comparar los datos recogidos por la aplicación con las encuestas. “Queríamos desarrollar una herramienta digital enfocada al turismo que nos permitiera analizar en profundidad cómo se siente el visitante. Con este sistema, los operadores turísticos cuentan con un recurso complementario a las encuestas de satisfacción. Por ejemplo, pueden situar la herramienta en puntos clave de la visita y, una vez comprobado cómo se sienten los usuarios, se puede mejorar la experiencia y el servicio al cliente”, comenta Mª Rosario González.
La felicidad, emoción predominante
El grupo de investigación explica que la emoción predominante en los turistas era la felicidad. Añaden que en el futuro seguirán mejorando este sistema aumentando su precisión y el tiempo de análisis durante la visita. “Hay tecnologías que, por ejemplo, recopilan información del usuario de manera continua a través de la piel. Así se recoge el dato de cómo se va sintiendo el turista dependiendo del emplazamiento en el que se encuentre o de qué se le esté contando. En este estudio, captamos la emoción en un momento muy concreto, pero si queremos detectar qué siente el turista en un espacio más amplio de tiempo, tendríamos que utilizar softwares más complejos”, explica la investigadora.
Los expertos añaden que continuarán con esta línea de investigación centrándose en el diseño de dispositivos físicos y herramientas digitales que perciban las emociones humanas de manera más continua en el tiempo.
Si algo hace popular un destino turístico o un emplazamiento concreto son los comentarios y reseñas positivas de los usuarios. Con esta metodología, hosteleros, restauradores, gestores y operadores turísticos podrán mejorar sus servicios en función de cómo se sientan sus clientes.
Más información en #CienciaDirecta: Aplican una herramienta basada en inteligencia artificial para identificar las emociones del visitante en emplazamientos turísticos.